martes, 1 de marzo de 2016

Hotel, finca, restaurante… ¿cuál es la mejor opción?

La semana pasada veíamos qué cosas es bueno tener en cuenta a la hora de ponerse a buscar el lugar de celebración de nuestra boda y no perder el tiempo con lugares que no entran dentro de lo que buscamos. 

Es muy, muy importante que elijas aquél estilo con el que te sientas más tú, todos son muy válidos y están más que preparados. Yo suelo diferenciar entre hotel, finca y restaurante.

Los hoteles hoy día se han especializado en estos eventos y, aunque sus salones no son tan espectaculares, muchos de ellos han acondicionado jardines o patios interiores para darles un toque único y, lo que sí es seguro, es que están acostumbrados a atender a números elevados de invitados. Además, el trato y servicio suele ser exquisito. La pega es lo que comentaba al principio, que sus salones tienen una decoración más neutra o están en plantas bajas sin ventanas (que en bodas de noche, por ejemplo, ni se nota) pero suelen ser muy elegantes. Estoy hablando de hoteles de 4 o 5 estrellas.

Hotel Hesperia. 

Las fincas tienen un “pro” que las hace especiales y es lo que las ha puesto tan de moda: su espectacularidad. Son preciosas. Hay dos tipos. Aquéllas que son como salones de bodas pero rodeadas de jardines y donde hay varias bodas juntas. Y, las que para mí son súper bonitas, las que tienen una única boda. Celebrar la ceremonia civil y/o el cóctel en unos fantásticos jardines, poder comer o cenar al aire libre… Es todo un plus, sin duda. La decoración y la naturaleza que las rodea es su gran baza. La pega para mí está en la localización. Suelen estar bastante lejos de las ciudades por lo que tienes mínimo media hora en coche para llegar al lugar. En estos casos, si te casas por la iglesia sobre todo, se hace obligado poner autobuses, pero aun así, la vuelta suele hacerse un poco “pesada”.

Finca El Tomillar.

Aquí encuentro otro “pero” que según en cuál es un gran “pro”. Se trata del cátering. Si te decantas por una finca tienes que estar muy, muy seguro del cátering que servirá la comida o cena. No te arriesgues en este punto, ya que un mal cátering puede arruinar una boda. Por muy bonito y trabajado que esté todo lo demás. Por este mismo motivo, hay veces que se elige un determinado lugar por la seguridad de que con la comida vas a acertar seguro. Sin duda, asegúrate bien de que es de fiar.

En tercer lugar están los restaurantes especializados en bodas. En este punto no me refiero a los típicos salones de bodas y comuniones de cuando éramos pequeños, sino  a construcciones específicas para bodas (por expresarlo de alguna manera) que celebran una o dos máximo y tienen una decoración muy cuidada. 

Los puntos positivos que encuentro es que suelen ser lugares especializados en restauración (algunos de ellos tienen cocina abierta los días que no hay bodas), son muy bonitos, tienen una única boda (o dos como mucho), el servicio tiene mucha experiencia y los tienes en zonas más céntricas resultando muy cómodos para los invitados. 

Palacio de la Misión
Foto: AiS Fotógrafos

La parte negativa, pues que no son de la elegancia de un hotel 5 estrellas ni están rodeados de jardines como las fincas. Pueden tener zonas verdes, pero no son tan espectaculares. 

Hay otro grupo de lugares, muchas veces desconocidos, que no se engloban en ninguno de los puntos anteriores. Se trata de edificios históricos o dedicados en origen a otras actividades que se pueden alquilar para la celebración de bodas. 

Lo que más me gusta de estos edificios es que suelen ser lugares históricos y muy, muy bonitos y únicos que suelen estar muy bien comunicados en el centro de las grandes ciudades. Lo que puede echarte un poco para atrás es el precio y la “desconfianza” del cátering. Pero para mí, sin duda, son opciones a tener muy en cuenta. 

Real Fábrica de Tapices. 

Así que como veis, el espectro es muy amplio y tenéis opciones para todos los gustos. Todas ellas tienen pros y contras pero cualquiera es igualmente válida. Lo que sí primaría en todas es la seguridad de que la cocina es profesional, de calidad y acostumbrada a trabajar para celebraciones grandes. Una vez asegurado este punto todo lo demás, será perfecto. 

Y, como dije al empezar, lo más importante es que sea TU BODA. Que te guste el lugar y cuando pase el tiempo sigas pensando “era el mejor lugar que podía elegir, estoy súper content@ con nuestra elección”.

¿Tú cuál elegiste? Cuéntanos tu experiencia.

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